Mal de escuela aborda la cuestión de la escuela y la educación desde un punto de vista insólito, el de los malos alumnos. Daniel Pennac, prestigioso escritor francés y un pésimo estudiante en su época, estudia esta figura del folklore popular otorgándole la nobleza que se merece y restituyéndole la carga de angustia y dolor que inevitablemente lo acompaña. Pennac mezcla así recuerdos autobiográficos y sus reflexiones acerca de la pedagogía y las disfunciones de la institución escolar, sobre el dolor de ser un mal estudiante y la sed de aprendizaje, sobre el sentimiento de exclusión y el amor a la enseñanza. Con humor y ternura, análisis críticos y fórmulas efectivas, ofrece una brillante y sabrosa lección de inteligencia. Mal de escuela es la historia de una metamorfosis. De cómo un mal alumno llega a ser profesor y más adelante un escritor reconocido
Esta obra es un auténtico estímulo para la lectura. Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo el,lo escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: `En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura -dice el autor-, sino una tentativa de reconciliación con el libro`.
Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescindibles del lectir (derecho a no terminar un libro, a releer, etc., incluso a no leer).
Diario de un cuerpo es el relato en forma de diario de la vida de un hombre desde 1936, cuando el protagonista tiene doce años, hasta su muerte en 2010.
«No volveré a tener miedo, no volveré a tener miedo, no volveré a tener miedo.» Estas son las primeras palabras de un diario singular: el que empieza un niño miedoso de doce años. Miedos y más miedos, a las hormigas, a los espejos, a los niños malos del colegio... pero sobre todo miedo a la muerte; miedo de que muera Violette, la amorosa mujer que lo ha cuidado desde la muerte de su padre. Y es que en la cabeza de nuestro protagonista no hay espacio aún para entender la muerte. Así que, ante lo incomprensible, encontrará en la escritura de un diario una manera de darle sentido a los extraños días de la infancia.
Diario de un cuerpo es un logrado intento por detenerse en las marcas imperceptibles que dejan los días en nuestra piel y por dar voz a las cicatrices visibles del tiempo. Con la precisión de un entomólogo, Daniel Pennac recoge el fascinante camino de una vida contada a través del cuerpo de su protagonista. En palabras del autor, Diario de un cuerpo es una novela que profundiza en «la comunicación entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu a lo largo de la vida. De esas alargadas playas de silencio donde nuestro cuerpo se detiene a hablarnos un poco, por ejemplo, del la fuerza de la edad. Y es también la crónica de su aprendizaje, de su dolor, de su placer».
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