El autor considera que dentro de las condiciones históricas de la sociedad, es indispensable una amplia concientización de las masas, que por medio de una educación, haga posible la autorreflexión sobre su tiempo y su espacio.
Está hondamente convencido de que con esto comienza el proceso que las llevará a la profundización de la toma de conciencia, de la cual resultará su inserción en la historia, no ya como espectadores sino como actores y autores. ¿Qué significa educar, en medio de las agudas y dolorosas transformaciones que están viviendo nuestras sociedades latinoamericanas, en esta segunda mitad del siglo XX? Paulo Freire nos contesta diciendo que la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. La pedagogía de Paulo Freire es, por excelencia, una pedagogía del oprimido . No postula, por lo tanto, modelos de adaptación, ni de transición, ni de modernidad de nuestras sociedades. Postula modelos de ruptura, de cambio, de transformación total.
Escrito durante su exilio en Chile. En un régimen de dominación de conciencias, en que los que más trabajan menos pueden decir su palabra, y en que inmensas multitudes ni siquiera tienen condiciones para trabajar, los dominadores mantienen el monopolio de la palabra, con que mistifican, masifican y dominan. En esa situación, los dominados, para decir su palabra, tienen que luchar para tomarla. Aprender a tomarla de los que la retienen y niegan a los demás, es un difícil pero imprescindible aprendizaje: es “la pedagogía del oprimido”. La pedagogía de Paulo Freire, siendo método de alfabetización, tiene como idea animadora toda una dimensión humana de la “educación como práctica de la libertad”.
Educación y Concientización, 1980
Freire sostiene que la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. La educación tiene en el hombre y en el mundo los elementos bases del sustento de su concepción. La educación no puede ser una isla que cierre sus puertas a la realidad social, económica y política, está llamada a recoger las expectativas, sentimientos y vivencias y problemas del pueblo.El ser humano como lo dice Freire busca ser educado siempre a la realidad que le rodea y darle los elementos bases para que logre su concepción. Reflexione y así pueda analizar y transformar el mundo, la educación no busca cerrarle las puertas al ser humano a la realidad social, económica y política que a diario vive este sino enfrentarlos a este y que se den cuenta de lo que en realidad pasa. Ya que la educación no limita.
Pedagogía Diálogo y Conflicto, 1987
Los estudios sobre educación fueron signados, en particular a partir de la década del '60, por un carácter tecnicista y formal. Las nuevas formas de estudio e investigación educacional distantes de los modelos positivistas (entre ellos, el funcionalismo, el sistemismo, el empirismo, y el estructuralismo), eran frecuentemente llamadas "orientaciones atravesadas", que necesitaban "correcciones" en función de un paradigma científico general cuyas dimensiones eran muy poco visualizadas.
La llamada investigación participante, o "investigación-acción" (Thiollent: 1985), vino a romper con este círculo cerrado, estableciendo nuevos criterios de validez para la investigación en ciencias humanas.
Hoy la ruptura con los paradigmas positivistas está cada vez más clara. Esos modelos, en cierta forma, ya agotaron sus posibilidades.
Por otro lado los nuevos paradigmas están todavía en elaboración. Mientras tanto, hoy existe suficiente consistencia teórica en las formas alternativas de estudiar, investigar, enseñar y aprender para dar tranquilidad a todos aquellos que se "aventuran" en esa dirección.
La educación como proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de la belleza, capacitación científica y técnica, es práctica indispensable para los seres humanos en la historia como movimiento, como lucha a través de la reflexión político-pedagógica, este conjunto de textos de Paulo Freire mueve al lector a una comprensión crítica de la historia y de la educación.
Cartas a quien pretende enseñar, 1994
En este libro Paulo Freire muestra uno de sus mejores momentos de producción, discutiendo con claridad política, radicalismo y buen gusto lo concreto de "ser maestro". Problemas relevantes de lo cotidiano de la maestra: disciplina, relación entre teoría y práctica, una nueva comprensión de lo que es enseñar y aprender, el artificio ideológico de la denominación tía-maestra, son discutidos en el marco del gusto por una escuela democrática y del compromiso con la transformación social. Las cartas son un desafío para "pensar la práctica" y un testimonio de que esto es posible y necesario. Educadores e investigadores encontrarán, en la lectura de este libro, una invitación para que se vuelvan productores de comprensión de las palabras del autor. Es, además, un bien cuidado ejemplo del uso de la dialéctica en la producción escrita. ANA MARÍA SAUL Barthes decía que la vida de un maestro se divide en tres etapas. En la primera enseña lo que sabe. En la segunda, lo que no sabe. Y, en la tercera, se entrega al aprendizaje de desaprender. Los maestros del taoísmo ya habían percibido que el camino para la sabiduría pasa por el olvido de lo aprendido. Alberto Caeiro también sentía lo mismo y hablaba de la necesidad de despojarse de lo que le había sido enseñado para reencontrarse consigo mismo. Al final de tal proceso, posiblemente con la llegada de la vejez, Barthes se sentía portador de un nuevo saber, al que daba el nombre de sapiencia: el saber sabroso. Y, sin el menor embarazo, admitía ser sabio. Sabio, por sus raíces etimológicas, significa "el que degusta". Ser sabio no es tener acumulados conocimientos en grado superlativo: es haber desarrollado la capacidad erótica de sentir el gusto por la vida. Como él mismo dice, sapiencia es "nada de poder, una pizca de saber, y el máximo posible de sabor". Estas cartas de Paulo Freire son textos de sabiduría. ÉI mismo lo confiesa al hablar del placer enorme que tuvo al prepararlas. Y si son textos de placer, sus palabras no son ofrecidas sólo a la inteligencia, como objetos de pensamiento, son ofrecidas al cuerpo entero, para ser degustadas y comidas... Y al lector se le puede decir lo que el ángel del Apocalipsis dijo al apóstol Juan: "Toma el librito y cómelo."
Pedagogía de la Esperanza, 1999
En esta obra, Paulo Freire propone crear una pedagogía de la esperanza que supere la ?pedagogía del oprimido?, por lo que sintetiza los grandes temas gestados en medio de las luchas sociales que convulsionaron a América Latina y a los pueblos del Tercer Mundo, y que provocaron las reflexiones sobre la necesidad de sobrevivir y de vencer el agobio de la dominación. El autor profundiza en la historia para mostrar las condiciones que dieron forma al pensamiento, descubre las tramas que envolvieron la vida, ideas y procesos sociales, muestra la tragedia de las discriminaciones, la extensión de la injusticia y el drama de los que lucharon. La obra es también una prueba de fortaleza de parte de una generación que resistió al sometimiento y que extrajo de las vicisitudes y de las persecuciones el coraje para trabajar en la transformación social. La obra es también una prueba de fortaleza de parte de una generación que resistió al sometimiento y que extrajo de las vicisitudes y de las persecuciones el coraje para trabajar en la transformación social
El grito manso, 2003
El grito manso contiene una de las últimas intervenciones públicas de Paulo Freire y es, a un tiempo, expresión de su pensamiento y encuentro comprometido con quienes trabajan día a día con sus ideas. En él recogen sus reflexiones acerca de los problemas que asedian la práctica de la educación en el filo del siglo XXI, en este contexto a la vez vulnerable y esperanzado, pero también sus ideas acerca de la historia, el cambio social, las utopías y la responsabilidad del hombre en el mundo globalizado.
Freire sostiene que la educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo. La educación tiene en el hombre y en el mundo los elementos bases del sustento de su concepción. La educación no puede ser una isla que cierre sus puertas a la realidad social, económica y política, está llamada a recoger las expectativas, sentimientos y vivencias y problemas del pueblo.El ser humano como lo dice Freire busca ser educado siempre a la realidad que le rodea y darle los elementos bases para que logre su concepción. Reflexione y así pueda analizar y transformar el mundo, la educación no busca cerrarle las puertas al ser humano a la realidad social, económica y política que a diario vive este sino enfrentarlos a este y que se den cuenta de lo que en realidad pasa. Ya que la educación no limita.
Pedagogía Diálogo y Conflicto, 1987
Los estudios sobre educación fueron signados, en particular a partir de la década del '60, por un carácter tecnicista y formal. Las nuevas formas de estudio e investigación educacional distantes de los modelos positivistas (entre ellos, el funcionalismo, el sistemismo, el empirismo, y el estructuralismo), eran frecuentemente llamadas "orientaciones atravesadas", que necesitaban "correcciones" en función de un paradigma científico general cuyas dimensiones eran muy poco visualizadas.
La llamada investigación participante, o "investigación-acción" (Thiollent: 1985), vino a romper con este círculo cerrado, estableciendo nuevos criterios de validez para la investigación en ciencias humanas.
Hoy la ruptura con los paradigmas positivistas está cada vez más clara. Esos modelos, en cierta forma, ya agotaron sus posibilidades.
Por otro lado los nuevos paradigmas están todavía en elaboración. Mientras tanto, hoy existe suficiente consistencia teórica en las formas alternativas de estudiar, investigar, enseñar y aprender para dar tranquilidad a todos aquellos que se "aventuran" en esa dirección.
La Naturaleza Política De La Educación, 1990
La naturaleza política de la educación es un libro revolucionario capaz de estimular a todos cuantos están implicados en la creación de un nuevo concepto de educación y de humanidad que tome la liberación, y no sólo la instrucción, como punto de partida y como finalidad.
Política y Educación, 1998La naturaleza política de la educación es un libro revolucionario capaz de estimular a todos cuantos están implicados en la creación de un nuevo concepto de educación y de humanidad que tome la liberación, y no sólo la instrucción, como punto de partida y como finalidad.
La educación como proceso de conocimiento, formación política, manifestación ética, búsqueda de la belleza, capacitación científica y técnica, es práctica indispensable para los seres humanos en la historia como movimiento, como lucha a través de la reflexión político-pedagógica, este conjunto de textos de Paulo Freire mueve al lector a una comprensión crítica de la historia y de la educación.
En este libro Paulo Freire muestra uno de sus mejores momentos de producción, discutiendo con claridad política, radicalismo y buen gusto lo concreto de "ser maestro". Problemas relevantes de lo cotidiano de la maestra: disciplina, relación entre teoría y práctica, una nueva comprensión de lo que es enseñar y aprender, el artificio ideológico de la denominación tía-maestra, son discutidos en el marco del gusto por una escuela democrática y del compromiso con la transformación social. Las cartas son un desafío para "pensar la práctica" y un testimonio de que esto es posible y necesario. Educadores e investigadores encontrarán, en la lectura de este libro, una invitación para que se vuelvan productores de comprensión de las palabras del autor. Es, además, un bien cuidado ejemplo del uso de la dialéctica en la producción escrita. ANA MARÍA SAUL Barthes decía que la vida de un maestro se divide en tres etapas. En la primera enseña lo que sabe. En la segunda, lo que no sabe. Y, en la tercera, se entrega al aprendizaje de desaprender. Los maestros del taoísmo ya habían percibido que el camino para la sabiduría pasa por el olvido de lo aprendido. Alberto Caeiro también sentía lo mismo y hablaba de la necesidad de despojarse de lo que le había sido enseñado para reencontrarse consigo mismo. Al final de tal proceso, posiblemente con la llegada de la vejez, Barthes se sentía portador de un nuevo saber, al que daba el nombre de sapiencia: el saber sabroso. Y, sin el menor embarazo, admitía ser sabio. Sabio, por sus raíces etimológicas, significa "el que degusta". Ser sabio no es tener acumulados conocimientos en grado superlativo: es haber desarrollado la capacidad erótica de sentir el gusto por la vida. Como él mismo dice, sapiencia es "nada de poder, una pizca de saber, y el máximo posible de sabor". Estas cartas de Paulo Freire son textos de sabiduría. ÉI mismo lo confiesa al hablar del placer enorme que tuvo al prepararlas. Y si son textos de placer, sus palabras no son ofrecidas sólo a la inteligencia, como objetos de pensamiento, son ofrecidas al cuerpo entero, para ser degustadas y comidas... Y al lector se le puede decir lo que el ángel del Apocalipsis dijo al apóstol Juan: "Toma el librito y cómelo."
En esta obra, Paulo Freire propone crear una pedagogía de la esperanza que supere la ?pedagogía del oprimido?, por lo que sintetiza los grandes temas gestados en medio de las luchas sociales que convulsionaron a América Latina y a los pueblos del Tercer Mundo, y que provocaron las reflexiones sobre la necesidad de sobrevivir y de vencer el agobio de la dominación. El autor profundiza en la historia para mostrar las condiciones que dieron forma al pensamiento, descubre las tramas que envolvieron la vida, ideas y procesos sociales, muestra la tragedia de las discriminaciones, la extensión de la injusticia y el drama de los que lucharon. La obra es también una prueba de fortaleza de parte de una generación que resistió al sometimiento y que extrajo de las vicisitudes y de las persecuciones el coraje para trabajar en la transformación social. La obra es también una prueba de fortaleza de parte de una generación que resistió al sometimiento y que extrajo de las vicisitudes y de las persecuciones el coraje para trabajar en la transformación social
El grito manso, 2003
El grito manso contiene una de las últimas intervenciones públicas de Paulo Freire y es, a un tiempo, expresión de su pensamiento y encuentro comprometido con quienes trabajan día a día con sus ideas. En él recogen sus reflexiones acerca de los problemas que asedian la práctica de la educación en el filo del siglo XXI, en este contexto a la vez vulnerable y esperanzado, pero también sus ideas acerca de la historia, el cambio social, las utopías y la responsabilidad del hombre en el mundo globalizado.
Pedagogía de la Autonomía, 2004
En Pedagogía de la autonomía, Freire nos convoca a pensar acerca de lo que los maestros deben saber, y de lo que deben hacer, en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, sobre todo cuando el énfasis está puesto en educar para lograr la igualdad, la transformación y la inclusión de todos los individuos en la sociedad. Freire no va a justificar el analfabetismo o la no asistencia a las escuelas por la irresponsabilidad de los padres o por el resultado de sus bajos ingresos, porque para él la educación y las posibilidades que ella brinda de mejoramiento de la humanidad son fundamentales en su concepción sobre la liberación de los individuos y su inclusión en las sociedades.
Nos ofrece un marco conceptual relacionado con la práctica de los profesionales de la educación, quienes para este autor estarán comprometidos tanto con la enseñanza como con el aprendizaje. Articula un total de veinte "saberes" o principios a tener en cuenta, vinculados a tres capítulos principales, los cuales a su vez son los pilares conceptuales de esta obra: No hay enseñanza sin aprendizaje; enseñar no es transferir conocimientos; y el proceso de educar es sólo una empresa humana.
En Pedagogía de la autonomía, Freire nos convoca a pensar acerca de lo que los maestros deben saber, y de lo que deben hacer, en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, sobre todo cuando el énfasis está puesto en educar para lograr la igualdad, la transformación y la inclusión de todos los individuos en la sociedad. Freire no va a justificar el analfabetismo o la no asistencia a las escuelas por la irresponsabilidad de los padres o por el resultado de sus bajos ingresos, porque para él la educación y las posibilidades que ella brinda de mejoramiento de la humanidad son fundamentales en su concepción sobre la liberación de los individuos y su inclusión en las sociedades.
Nos ofrece un marco conceptual relacionado con la práctica de los profesionales de la educación, quienes para este autor estarán comprometidos tanto con la enseñanza como con el aprendizaje. Articula un total de veinte "saberes" o principios a tener en cuenta, vinculados a tres capítulos principales, los cuales a su vez son los pilares conceptuales de esta obra: No hay enseñanza sin aprendizaje; enseñar no es transferir conocimientos; y el proceso de educar es sólo una empresa humana.
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